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El trastorno de la depresión

¿Qué es la depresión?

La depresión es un trastorno del estado anímico donde los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante un período de algunas semanas o más.
Se estima que el 5 % de los adultos en todo el mundo padecen depresión.

Tipos de depresión

Los tipos principales de depresión incluyen:

  • Depresión mayor: los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante semanas o períodos más largos de tiempo.
  • Trastorno depresivo persistente: estado de ánimo depresivo durante por lo menos dos años.
Otras formas de depresión incluyen: depresión posparto, trastorno disfórico premenstrual, trastorno afectivo estacional y depresión mayor con características psicóticas. Las personas con trastorno bipolar también sufren depresión.

Síntomas de la depresión

Los síntomas de la depresión incluyen: sentimientos de tristeza, ganas de llorar, vacío o desesperanza; estado de ánimo de enojo, irritabilidad o frustración o estado de ánimo bajo la mayoría de las veces; dificultad para conciliar el sueño o exceso de sueño; cambio importante del apetito, con aumento o pérdida de peso; cansancio o falta de energía; sentimientos de inutilidad, odio a sí mismo y culpa; dificultad para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar cosas; movimientos lentos o rápidos; inactividad y retraimiento de las actividades usuales; sentimientos de desesperanza o abandono; pensamientos repetitivos de muerte o suicidio; pérdida de interés o placer por la mayoría o todas las actividades, como la actividad sexual, deportes o pasatiempos.

Diagnóstico

Para el diagnóstico se tienen en cuenta los siguientes factores: una exploración física, un análisis de sangre, una evaluación psiquiátrica y la utilización del DSM-5 o manual de diagnóstico de los trastornos mentales. Para poder diagnosticar depresión, debe haber presencia de cinco síntomas de depresión todos los días, casi todo el día, por lo menos durante dos semanas.

Causas de la depresión

Se desconoce la causa exacta de la depresión, pero puede haber varios factores (genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos) implicados:
  • Rasgos hereditarios: la depresión es más frecuente en personas cuyos parientes consanguíneos también la sufren.
  • Diferencias biológicas: hay cambios físicos en el cerebro de las personas que sufren depresión.
  • Química del cerebro: pueden tener un papel importante los cambios en la función y el efecto de los neurotransmisores que hay en el cerebro y cómo interactúan con los neurocircuitos involucrados en mantener la estabilidad del estado de ánimo.
  • Hormonas: cambios en el equilibrio hormonal durante el embarazo, en el posparto, por problemas de tiroides, en la menopausia o por otros trastornos.
La depresión se transmite de padres a hijos, ya sea por herencia genética o por comportamientos aprendidos en el hogar o en el entorno.
Hay muchos factores que pueden causar depresión, entre los que se incluyen: alcoholismo o consumo de drogas; afecciones médicas a largo plazo, como cáncer o dolor crónico; situaciones o hechos estresantes en la vida, como pérdida de trabajo, divorcio o fallecimiento de un cónyuge u otro miembro de la familia; o aislamiento social.

Causas de la depresión

La depresión puede causar una variedad de problemas físicos y emocionales, dificultar la realización de las actividades cotidianas y afectar todos los aspectos de la vida. Como ejemplos de complicaciones relacionadas con la depresión estarían: sobrepeso u obesidad que puede derivar en enfermedades cardíacas o diabetes; dolor o enfermedad física; consumo inadecuado de alcohol o drogas; ansiedad, trastorno de pánico y fobias sociales; conflictos familiares, dificultades en las relaciones y problemas en la escuela o el trabajo; aislamiento social; sentimientos suicidas o intentos de suicidio; automutilación por cortes; muerte prematura a raíz de enfermedades.

¿Cómo cuidar/tratar la depresión?

Puede ser necesario un tratamiento a largo plazo que incluya psicoterapia, como la terapia cognitiva conductual o terapia interpersonal, y medicamentos antidepresivos, a los que se pueden añadir estabilizadores de ánimo o un antipsicótico, o ambos.
Además del tratamiento profesional, existen medidas de cuidado personal que pueden ayudar, como seguir un estilo de vida saludable en cuanto a comer, realizar actividad física, y dormir mucho y bien. También se puede recurrir a la medicina alternativa con suplementos como la hierba de san Juan o a la utilización de técnicas de acupuntura y de relajación como yoga, taichí, meditación, etc. Por último, también estaría la terapia de estimulación cerebral con electricidad u ondas magnéticas para algunas personas, cuando otros tratamientos no han sido eficaces.