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Protección solar

¿Por qué hay que protegerse del sol?

Si bien la luz del sol tiene un papel muy importante para la salud, también puede dar lugar a problemas. Muchos cambios cutáneos, como el cáncer de piel, las arrugas y las manchas por la edad, son causados por la exposición al sol, que provoca un daño permanente.

¿Qué cambios en la piel provoca la exposición al sol?

Los dos tipos de rayos solares que pueden ocasionar daños en la piel son los ultravioleta A (UVA) y los ultravioleta B (UVB); mientras los rayos UVA afectan a las capas profundas de la piel, los UVB dañan las capas externas y causan quemaduras.

¿Qué problemas puede causar una exposición prolongada al sol?

Tomar demasiado el sol puede provocar cáncer de piel. La mayoría de los casos de cáncer de piel son provocados por la exposición excesiva a los rayos UV, los cuales pueden causar daño a las células. El daño celular produce la división y crecimiento descontrolado de las células y se puede manifestar de diversas formas: lunares, manchas, úlceras, masas en la piel.
El cáncer de piel es el más frecuente en el mundo, con dos millones de nuevos casos cada año, y la exposición solar está implicada en el 80 % de todos los casos de cáncer de piel.
Existen dos tipos principales de cáncer de piel:
  • Melanoma: el cáncer se origina en los melanocitos, que son las células que producen la melanina que le da el color. Este tipo de cáncer se produce por un daño acumulativo por exposición al sol constante y sin protección en las horas de mayor intensidad.
  • No melanoma: incluye todos los tipos de cáncer que se producen en la piel y que no son melanomas; los más frecuentes son el carcinoma de células basales y el carcinoma espinocelular.
Por otra parte, los rayos solares también pueden suponer un problema para los pacientes con enfermedades reumáticas e incluso podrían favorecer la aparición de enfermedades autoinmunes sistémicas o desencadenar alguno de sus síntomas.

Factores de riesgo de los efectos nocivos de la radiación ultravioleta

El riesgo de quemaduras solares y otros efectos nocivos de los rayos UV es independiente del color de la piel. No obstante, tenga especial cuidado si:

  • Tiene la piel pálida.
  • Tiene el pelo rubio, pelirrojo o castaño claro.
  • Ha recibido tratamiento para el cáncer de piel.
  • Tiene un familiar que ha tenido cáncer de piel.
Si toma medicamentos, es importante conocer si debe adoptar alguna precaución para el cuidado del sol, ya que algunos pueden aumentar la sensibilidad al sol.

¿Cómo proteger la piel de los rayos solares?

La mejor forma de disminuir el riesgo de cambios cutáneos es proteger la piel del sol, lo cual incluye el uso de filtros o protectores solares y otras medidas como:
  • Evitar la exposición al sol entre las 10 y las 16 horas, que es cuando los rayos solares son más fuertes.
  • A mayor altitud, la piel se quema más rápido con la exposición al sol.
  • Usar protección contra el sol incluso los días nublados, ya que los rayos UVB atraviesan las nubes y la niebla.
  • No utilizar lámparas de sol ni camas para broncearse, pues su uso durante 15-20 minutos equivale a un día al sol.
  • Reducir el riesgo de daño solar permaneciendo en la sombra cuando esté en el exterior.
Aparte, los adultos y los niños deben usar ropa para proteger la piel del sol:
  • Camisas de manga larga y pantalones largos, de telas sueltas, sin blanquear y de tejido bien tupido.
  • Sombrero de ala ancha que dé sombra a toda la cara.
  • Ropa especial que absorba los rayos UV.
  • Gafas de sol que bloqueen los rayos UVA y UVB.
Los mejores protectores solares deben incluir lo siguiente:
  • Filtros para rayos tanto UVA como UVB.
  • Factor de protección solar de al menos 30.
  • Ser resistentes al agua.
El protector solar debe aplicarse al menos 30 minutos antes de salir al aire libre y es conveniente repetir la aplicación al menos cada dos horas, y siempre después de nadar o sudar.

¿Qué otros cuidados pueden proteger la piel de la radiación solar?

Para reforzar la protección de la piel, se puede seguir una dieta adecuada, basada en un consumo predominante de alimentos de origen vegetal, como frutas, verduras, legumbres y frutos secos. Estos alimentos contienen vitaminas, como la C y la E, polifenoles y ácidos fenólicos, que contribuyen a la defensa oxidante de la piel frente a agentes externos como el daño provocado por la radiación UV.
Por otra parte, se sabe que los probióticos protegen del fotoenvejecimiento inducido por la radiación UVB. Los probióticos son organismos vivos (enterococos, lactobacilos y bifidobacterias) que viven en el tracto intestinal humano y pueden ser suplementados con alimentos fermentados como el yogur, el kéfir, la pasta de miso y las bebidas fermentadas.